lunes, 12 de enero de 2009

3 - 4 diciembre Brufut




Los días 3 y 4 estuvimos en el hospital de Brufut, viendo a gente. Aquí las consultas se cobran. La mayoría de la gente llegaba con el billete en la mano. De hecho, mientras el médico de al lado pasaba consulta, se iba formando cola en nuestra “oficina” con gente y gente… sobre todo, de nuevo, madres con niños, algunos muy muy malitos.


Nos tocó hablar con la agente de sanidad del Gobierno, quien nos contó su versión (una más) de cómo están organizados en Salud y sobre cómo trabajan en el tema de las mosquiteras. Según ella, hay días específicos en los que tratan el tema y reparten mosquiteras a embarazadas y mujeres con niños menores de 5 años. A los pueblos con los que hay mala comunicación por carretera a veces no llegan más que una vez al mes, con lo que están intentando trabajar en prevención. Por ejemplo, quieren formar a gente en cada pueblo que aprenda a preparar suero fisiológico, para que si un niño tiene diarrea, tenga más posibilidades de sobrevivir hasta que llegue el médico que si no lo toma. Oyéndola hablar, parece que están superorganizados y que lo que falta es dinero para hacer más cosas.


Pero esta es una versión de todas la que hemos ido oyendo por el camino. Ebrima nos dijo que las dan en el hospital, pero sólo en el central y que no son gratis, sino que hay que pagar 25 dalasis por cada una. Fataumata, la amiga del otro Ebrima, el contacto de Iago y Noemí, dice que sólo se está trabajando en las regiones 1 y 2 del país, que en el resto no se hace nada. Ashita, la enfermera jefe del hospital de Brufut nos dijo que tenían unas pocas, pero pocas. Cada uno nos dice lo mismo pero diferente.


El primer día según llegamos no nos dio nada de buena impresión. Era como pasar consulta pero sin poder preguntar a la gente qué es lo que le pasaba, porque nos dejaron solos y sin traductor.


El lugar de guardar las medicinas estaba sucio y todo desordenado. El despacho principal, hasta arriba de cajas con medicinas dentro que no sabían ni cómo utilizarlas y ni casi sabían que estaban. Un desastre.


Se montó una cola increíble y nos pasamos la mañana partiendo pastillas con una mini-navaja y un cuchillo, por la mitad y hasta en cuatro trozos para que pudieran dar la dosis adecuada.


El segundo día queríamos sólo ir a hacerles grupos de medicinas y marcharnos, cuando apareció Ashita, la enfermera jefe y nos pareció otra cosa. Por lo menos profesional. Hablando de las mosquiteras nos comentó que no se atrevía a colgarlas del techo porque se les podía caer encima y que lo que quería hacer era colocar unas barras por las paredes para colgarlas a modo de cortinas. Pedimos que pidiera presupuesto. Al final, el segundo día, además de hacer los grupos de medicamentos, terminamos pasando consulta y uno de los jefes del hospital, estuvo haciendo las labores de traductor. Hasta llevó a su niña para que la viéramos unas verrugas. Nos dieron el contacto por si conseguíamos el dinero.

1 comentario:

  1. Tanto las fotos como la descripción de todo lo que ocurre son vivencias que dificilmente se pueden olvidar.
    Los rostros de los niños son preciosos.

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